PINILLA DE TORO

Habitantes: 247

Historia

La presencia humana en estas tierras orientales de Zamora debió ser muy temprana, de acuerdo con los hallazgos que poco a poco van apareciendo, como los yacimientos prehistóricos de la Edad del Bronce (Los Villares y El Puentón).

En los comienzos de la historia, los vacceos, pueblo de estirpe celtibérica, levantaban sus poblaciones fortificadas con muros de tapial y adobe, en los leves alcores, dedicándose a la agricultura de cereales y resistiéndose férreamente al avance de los romanos. Cuando éstos consolidaron su dominio, integraron las tierras comprendidas entre el Esla y el Duero en el convento jurídico cluniense. De su presencia da fe la aparición de un puñal de época tardía.

Los godos se instalaron más tarde en esta zona a la que llamaron “Campi gothorum”.

Los documentos medievales la citan por primera vez como “Piniella” (siglo X) y “Penilla” (siglo XII). Su sobrenombre lo recibió al ser incluida dentro de la demarcación jurisdiccional de Toro. Recibió fuero (1147) de sus propietarios.

Tuvo dos hospitales, uno para hombres y otro para mujeres, a cargo de sendas cofradías, que después se refundieron.

Resistió las crisis del siglo XIV, que obligó a abandonar numerosos núcleos de población (11 en la tierra de Toro).

Puntos de Interés

En las proximidades del pueblo se levantan dos edificios religiosos. La ermita de San Sebastián, en tapial, que alberga un notable Cristo gótico (siglo XIII).

Sobre un cerro situado a poniente del casco urbano se alzan las ruinas de la iglesia de San Esteban (El Cabildo), con una robusta torre con aires de fortaleza vigía sobre los campos aledaños.

Ya en el pueblo, se alza la iglesia parroquial de San Martín. En el interior destaca el hermoso retablo renacentista de la capilla mayor. Conserva también una imagen románica de la Virgen, de estilo popular, conocida como Santa Ana (siglo XII).

Quienes prefieran disfrutar simplemente de un paseo agradable, observando la naturaleza, pueden escoger caminos alejados de vías de comunicación transitadas y lugares habitados, por atractivos parajes donde las especies animales son fáciles de observar.

También se puede practicar, en su momento y según las normas, la caza, pues en el término abundan las especies cinegéticas.

Fiestas y tradiciones

Honran al Cristo de San Sebastián (últimos de mayo o primeros de junio), con actos en su ermita, en las afueras del pueblo, misa y procesión.

La fiesta grande de la localidad es Nuestra Señora de la Asunción (15 de agosto), unida a la festividad de San Roque (día 16). Este día se celebran también las fiestas de los quintos, que corren las cintas a caballo. Las fiestas se prolongan durante los días próximos a ambas festividades, celebrándose ambas con misa y procesión, también se organizan numerosos actos lúdicos para todas las edades.

Hay que destacar la importancia del bordado tradicional de Pinilla, con unas características peculiares. El motivo decorativo suele ser un ramo, con un complejo y barroco picado.